miércoles, 29 de septiembre de 2010

ENFRENTAMIENTOS POR EL ABASTECIMIENTO DE AGUA EN LA CIUDAD DE MÉXICO Y ZONA METROPOLITANA.

El crecimiento desmedido durante el siglo pasado y de éste, ha generado una demanda de
agua imposible de cubrir con recursos locales, ocasionando que se tenga la necesidad de exportar
agua de cuencas vecinas (Lerma y Balsas) .
La Ciudad de México se abastece hoy en día de agua potable en un 68% de pozos de extracción (subsuelo), un 23% de agua proveniente del Sistema Cutzamala y un 9% del Sistema Lerma.
En 1951 se inicio el ingreso de agua potable del Sistema Lerma. En 174 el inicio del Plan de Acción Inmediato (PAI) que se abastecía de agua de la parte Norte de la cuenca de México (Edo. De México e Hidalgo) con sistemas e pozos y acueductos (agua subterránea).
En 1982 se inició el abastecimiento de agua del Plan Cutzamala para el que se tuvo que generar infraestructura para desviar agua de sistema hidroeléctrico Miguel Alemán para el abastecimiento de agua potable a la ciudad.
Hoy en día se proyecta ampliar la capacidad del Plan Cutzamala para poder cubrir las necesidades de abastecimiento de agua potable en México, no solamente es necesario inversiones millonarias, también un costo social muy alto.

Al desviar aguas para el consumo de la ciudad se desprovee de este recurso a campesinos y comunidades locales ocasionando denuncias, levantamientos y resistencias campesinas.
Nuestro país presenta dificultades especiales; por una parte, el clima tropical proporciona fenómenos como los huracanes, ondas tropicales y bajas presiones, que generan intensas lluvias puntuales y que constituyen buena parte de la humedad en verano.
Nuestra orografía y posición geográfica determinan que el agua escurra en forma muy desigual; tenemos años muy abundantes y otros muy escasos; por otra parte tenemos zonas muy áridas en el norte y noroeste de México y en contraste zonas muy húmedas, como en el sureste del país.
Nuestro país esta sufriendo una inmensa escasez de agua por la inconsciencia de la gente a causa de que el agua se paga a un precio muy bajo y hasta que no haya un precio justo para poder cubrir el gasto que implica traerla hasta la ciudad de México el problema seguirá creciendo.
Para que en la ciudad de México no nos quedemos sin agua se han tenido que desviar éste vital líquido de otras zonas vecinas y con esto provocar que estos pueblos queden sin agua y pierdan tierras agrícolas.

 
La Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) ejemplifica estos retos. La demanda de agua para los 20 millones de personas que habitan en el área, significan un desafío formidable para quienes tienen la responsabilidad de abastecer a esta población. Como el agua superficial en la Cuenca de México es muy escasa, la principal fuente de abastecimiento para la ciudad es el Acuífero de la Ciudad de México, localizado en el subsuelo del área metropolitana. Aunque el volumen de agua almacenada es muy grande, su calidad es susceptible de sufrir un serio deterioro, debido la permanente actividad que tiene lugar sobre el acuífero. La falta de tratamiento a las aguas residuales y el control insuficiente de los desechos peligrosos han colocado a este acuífero-y a todo el sistema de distribución de agua-en riesgo de contaminación microbiológica y química. Además, el uso del acuífero se ve restringido debido a una serie de problemas relacionados con el hundimiento del suelo. En efecto, desde que se inició la explotación del agua subterránea en el siglo XIX a la fecha, el constante descenso en los niveles de agua subterránea ha provocado un hundimiento cercano a los 7.5 metros en el centro de la Ciudad de México. Este hundimiento ha aumentado la propensión natural de la ciudad a las inundaciones, al tiempo que ha dañado la infraestructura urbana.
Los intentos de controlar las inundaciones, así como los de abastecer de agua y servicios de desagüe a la ZMVM, han puesto en marcha proyectos masivos de obras civiles, tales como la construcción del sistema de drenaje profundo y la importación de agua desde la Cuenca del Cutzamala. La actitud prevaleciente entre la población ha sido suponer que el agua es propiedad del Estado y que, por tal razón, debe proporcionarse como parte de un derecho constitucional (aunque no está estipulado de esta forma en la Constitución) y gratuito. Tradicionalmente, los servicios de abastecimiento de agua y de drenaje han recibido importantes subsidios del gobierno federal. Como resultado, ha sido necesario enfrentar severas pérdidas financieras, así como un constante desperdicio del recurso causado por fugas de agua y un uso ineficiente. El rápido crecimiento urbano y la falta de sustentabilidad financiera han restringido la capacidad del gobierno para satisfacer la demanda de agua, ampliar el sistema de distribución a las áreas donde el servicio es deficiente, así como para proporcionar un tratamiento adecuado a las aguas residuales antes de desecharlas o reutilizarlas.
Se espera que con los conceptos expuestos se tomen decisiones, no solo en ciudadanos preocupados por los recursos de agua en la Ciudad de México, sino también para quienes se interesan en el destino del agua en regiones donde existen problemas similares a los de la Ciudad de México. Cuando se trata de problemas como la localización de recursos, la protección ambiental y la preocupación por el futuro del hombre, existe de hecho una sola comunidad, la humanidad en todo el mundo, que comparte la meta común de entregar a las futuras generaciones un planeta al menos tan saludable como cuando llegamos a él. Por último, el comité espera que el esfuerzo realizado contribuya a fomentar el uso de asesorías independientes de las academias mexicanas de investigación científica e ingeniería, para mejorar las bases tecnológicas y científicas que permitan resolver problemas y establecer lineamientos de política en beneficio de la comunidad.

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